Introducción a los Derechos Sexuales

En 1997 con motivo del XIII Congreso Mundial de Sexología, celebrado en València, se hizo manifiesto por primera vez la” Declaración Universal de los Derechos Sexuales” o la llamada “Declaración de València”, que posteriormente en 1999 fue ratificada en Hong Kong por la WAS, en el XIV Congreso Mundial de Sexología.


Los derechos sexuales son parte de los derechos básicos de todas las personas, por tanto son universales e inalienables. La Salud Sexual no puede ser lograda sin derechos sexuales para todas las personas, independientemente de su orientación e identidad sexual.

En el 2005, en el XVII Congreso Mundial de Sexología, celebrado en Montreal se hizo por la W.A.S. (Asociación Mundial Salud Sexual). Declaración de Montreal o”Salud Sexual Para el Milenio”.

En el 2006 en Canadá, se desarrollaron los Derechos sexuales LGTB o Declaración de Montreal , para salvaguardar y proteger los derechos básicos de la Comunidad LGTB e instar a agencias y organismos internacionales hacer un seguimiento sistemático de los derechos de estas personas.

Conocer, difundir y trabajar sobre los derechos sexuales desde la educación sexual en la infancia, preadolescencia, adolescencia y juventud supone una garantía para su desarrollo como personas sexuadas, donde la igualdad, las relaciones de equidad entre los géneros, la coeducación y la garantía de los derechos sexuales sean los pilares para hacer personas adultas, autónomas y responsables de su propia sexualidad.

La promoción de la salud sexual fomenta la calidad de vida y la realización de la paz. La salud sexual no puede alcanzarse en tanto las personas no estén libres de estigma, discriminación, abuso, coerción y violencia sexuales.

Hay que abogar por la salud sobre la base de los derechos humanos y la solidaridad., establecer normas reguladoras y leyes que garanticen un alto grado de protección frente a posibles daños y la igualdad de oportunidades para la salud y el bienestar de todas las personas, asociarse y establecer alianzas con organizaciones públicas, privadas, no gubernamentales e internacionales y con la sociedad civil para impulsar medidas sostenibles en el ámbito de la promoción de la salud sexual, también tiene que ser un compromiso de toda la ciudadanía, incluidas las personas mayores.

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